domingo, 28 de febrero de 2010

LOS NIÑOS DE KERRGALLO (XXXIII). Muchas cosas buenas (2)

 
Foto realizada por  Teresa

No tenemos suficientes palabras para poner de relieve la importancia y generosidad de lo que ha supuesto esta semana el paso por aquí de Conse y su organización MAKAMARU x GAMBIA.

Su acción se ha proyectado en cuatro niveles: la asistencia humanitaria a los niños de Kerrgallo, su asistencia humanitaria a la familia más pobre y necesitada de esa aldea, un hogar de dos mujeres, una de ellas imposibilitada, y con cuatro niños pequeños , sin medio alguno de vida; su papel importantísimo en lo que puede desencadenar el soporte definitivo al Hospital de Buniadu y su apoyo para impulsar un taller de carpintería en el que aprendan los chicos de Kerrgallo.

Difícilmente podría haberse diseñado unas acciones de más amplio espectro. Y tan eficaces.

Nuestro agradecimiento a Conse y a todas y cada una de las personas que le acompañaban es profundo y sincero. Tan solo podemos percibir el bien que han hecho, todos ellos.

Muchas cosas buenas.

2) El arroz.

MAKAMARU ha donado 25 sacos de arroz para ayudar al mantenimiento de la Madrasa de Kerrgallo. Y doce sacos de arroz para que durante doce meses esa familia de dos mujeres, una viuda y otra separada, y cuatro niños, vivan menos miserablemente.

Poco hay que añadir a lo que brilla y resplandece por sí solo.

Tal vez volver a comentar nuestra política respecto al arroz donado, para que se mantenga presente. Cuando hace meses nuestros amigos de NAKUPENDA SANA hicieron una donación semejante para los niños de Kerrgallo manifesté que de ninguna manera debían darse esos 25 sacos a los beneficiarios de una sola vez. Las razones eran dos:
1) cuando se tiene necesidades por todos lados y hay un sobrante de algo que a través de su venta puede convertirse en dinero, se está abriendo la posibilidad a corruptelas y a manipulaciones de la voluntad y objetivos marcados por los donantes. Y por tanto enturbiando la relación entre las partes.
2) Nuestra manera de entender la solidaridad no pasa por el paternalismo y el desplazamiento de las responsabilidades de aquellos a los que se dirige nuestra acción, sino por el COMPARTIR las responsabilidades, aligerar el peso que abruma al necesitado contribuyendo a la solución del problema, sin que ello deje , además de la buena acción, un saldo de errores de tipo educacional.

 
Foto realizada por  Teresa 


Sabemos que esa comunidad gasta un saco de arroz (50 kilos) cada tres días. 10 sacos al mes.

Cuando cada día les entregamos 5 kilos de arroz estamos aportando el 30% de sus necesidades, y no sustraemos al profesor y a los propios chavales de su obligación de tratar de solventar sus problemas. Sabíamos que ello no es suficiente, pero al menos en su momento nos permitió plantearnos y lograrlo que no pasaran hambre. Más tarde nos plantearíamos enriquecer su dieta, aumentar su nivel de autosuficiencia y otras cosas.

Comprendemos que el donante que cruza a este continente y que tiene en sus manos la espectacularidad de una acción de entrega de 25 sacos de arroz que es plasmada en un momento impactante, desearía gozar personalmente de la impresión satisfactoria de tal momento.

No vamos a valorar lo que ello significa, tan solo lo consideramos altamente perjudicial, y en aquello sobre lo que hemos asumido la responsabilidad e implementado una dirección precisa a las acciones que realizamos individualmente, no deseamos que se cometan errores a través de las inestimables ayudas que recibimos. No haremos nunca dejación de lo que creemos es nuestra responsabilidad.

Esperamos además que nuestra actitud explicada cuantas veces sea necesaria, sirva a los bien intencionados donantes a mejorar la trascendencia y las consecuencias de su interactuar con África y con los necesitados, desprendiéndose de cualquier autosatisfacción vacua para contemplar tan solo el bien, tanto material como moral y educacional de aquellos que precisan de nuestra solidaridad.

No es cómodo pesar cada día cinco kilos de arroz y llevarlos, ni llenar tu casa de sacos y trastos, y además correr el riesgo de la maledicencia y la suspicacia al asumir la custodia de lo que no es tuyo, pero no debe de hacerse de otra manera, y si estamos aquí deseamos en la medida de nuestra posibilidades ayudar y hacerlo bien. Y sobre lo que hemos asumido libremente nuestra responsabilidad , no se hará de otra manera, mientras no se nos haga ver otra más conveniente. Agradeciendo enormemente en nombre de la escuela de Kerrgallo vuestra impagable ayuda.

En todo caso creemos que nos mantenemos fiel a nuestra filosofía y a nuestros objetivos de luchar contra la corrupción y por la elevación educacional si como hemos decidido para atemperar las molestias cambiamos un poco el sistema y entregamos esos tres sacos de arroz que damos cada mes, en tres veces y no en treinta. Es decir : cada diez días les llevaremos un saco de arroz, no cinco kilos cada día.

Una vez más agradecemos sin reservas a las ONGs NAKUPENDA SANA y MAKAMARU X GAMBIA su generosidad, expresada sinceramente a cada uno de los miembros de la delegaciones que se molestaron en pasar por aquí y les rogamos a cada uno de ellos que entiendan por qué hacemos las cosas de la manera que lo hacemos.

Conse, Josep, Salvador, querida Silvia, y absolutamente a todos y todas las demás, muchas gracias. Con especial mención de mi reconocimiento a ese grupo de férreas señoras que son el alma y la fuerza de esa organización.

Cada mes se le entregará a la familia de la sra viuda necesitada, su saco de arroz, y se seguirá distribuyendo el ahora renovado stock de arroz para los niños de Kerrgallo, a razón de un saco cada 10 días.

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