domingo, 7 de noviembre de 2010

LA GRANJA





La Historia

Todos , o casi todos, los que por la Granja pasan te hacen la pregunta inevitable: "Y vosotros ¿qué hacéis aquí?."

Baste esta historia para éso y para lo que sigue.



En 2005 me trasladé con mi familia, mujer y mis cuatro hijos pequeños, a este país. La razón, entre otras, fue desarrollar con nuestros propios medios un proyecto agrícola que sirviera para ser la base económica que sustentara un proyecto de tipo solidario, cual era contribuir al desarrollo agrícola facilitando los medios y el conocimiento a los agricultores pobres para crear mini empresas horticultoras: huertos familiares de 1000 m2. Por eso y por no gustarnos para nada el ambiente de la zona turística de la otra parte, nos instalamos en el campo, lejos de las cosas que suelen generarse alrededor del turismo en cualquier parte del tercer mundo.

 Las dificultades de establecerse en esta parte de la sabana no fueron pocas. La más importante , la más determinante fue el no poder disponer de agua durante los dos primeros  años.

Cuando a principios de 2007 pudimos por fin tener el elemento básico, el agua, hice una prueba en 400 m2 con una planta que consideraba, por su demanda en el mercado y su valor añadido, cubría todas las expectativas: por una parte erigir una empresa exitosa que fuera la base económica del proyecto, y por otra extender el cultivo de una planta y producto con alto valor económico que favorecería el desarrollo económico espectacular de otros agricultores. Se trataba de la fresa. Producto inexistente en ese momento en Gambia, y altamente demandado por hoteles y restaurantes.

La prueba fue excepcional, produjimos fresas de gran tamaño, calidad y sabor. Visto lo visto, realicé el resto de la inversión que estaba en mis manos para dar el salto definitivo: una hectárea.

Todo se preparó excepcionalmente bien. Se hizo traer todos los materiales de diferentes países , y la fresas, las plantas de fresas se encargaron a una de las compañía punteras en España: 20.000 plantas.

El proyecto fracasó, las plantas no produjeron una sola flor, una sola fresa y se perdió toda la inversión.

El agrónomo de aquella empresa  que había monitorizado la experiencia, ante el buen desarrollo previo de la plantación, su programa de fertilización diseñado por ellos , las fotos perfectas de la “coronas” sin síntoma de enfermedades, pero por otra parte la ausencia de flores en febrero y por el contrario multitud de estolones, me dijo : “será por la temperatura, será que hace mucho calor. ¿Qué temperatura hace ahí?”. “¿Qué me estás preguntando J.?. Mírate el email de fecha tal y tal que le envié a tu jefe de ventas internacional en donde le pasaba todos los datos climatológicos y análisis de tierra, y le instaba a que a la vista de ellos escogiera, bajo vuestra responsabilidad,  entre vuestras variedades la que se amoldaba a estas condiciones...” .

No expondré más de aquella historia, ya tan lejana y tan dramática.

No nos quedaban muchas posibilidades. En ese momento pensábamos que ninguna. Ni para delante ni para atrás.

Durante aquellos tres años  habíamos hecho de aquella porción de sabana  impracticable, una bonita finca, con una bonita casa. Un lugar lleno de paz y belleza. No teníamos más de donde sacar: convertiríamos nuestra granja, en una casa de hospedaje.



Ese fue el origen de Monkeys Farm.

Paralelamente nuestra vida discurría por su camino, y a él vino a cruzarse el de los niños de Kerrgallo.

Fue inevitable que algunos los visitantes de la Granja, se mezclaran con esa otra parte de nuestra vida que discurría a tan solo dos kilómetros de ella.

Jamás hubo pretensión por mi parte de mezclar los asuntos, al contrario : hubo la voluntad expresa de no mezclarlos, como después de más de 100 post  dedicados a los niños de Kerrgallo es  posible comprobar. Basta haberlos leído.

Tampoco nos gustaba mucho a nosotros, siendo unos desafectos al Sistema y a todo lo que él comporta, eso de ser un establecimiento turístico al uso.

Las cosas pues evolucionaron por su cauce natural: cada vez nos interesaba menos, y menos nos gustaba, dar servicio a los turistas típicos, y por el contrario conectaba con nuestro talante y motivaciones, la dimensión colectiva y extraordinaria que iba surgiendo de aquel cruce de caminos con la aldea de Kerrgallo.

Monkeys Farm, como establecimiento abierto al público en general, quedó cerrado hace muchos meses, y tan solo recibíamos en casa de manera restringida a aquellos amigos y visitantes que veían a traer o a aportar algo a la aldea.


Lo que había sido mezclado inevitablemente, acabó por separarse irremediablemente. Simplemente elegimos.

Cuando hace bastantes meses nuestros amigos de Bon Dia Gambia, nos dijeron que para buscar financiación para construir la Casa Dormitorio de los chicos de Kerrgallo, era imprescindible que la contraparte local fuera una Organización de Caridad o similar, y pensando sobre todo en el futuro proyecto de la Escuela de Agricultura para los niños, ya estaba bastante maduro y discriminado el proceso como para vencer las reticencias mías a esas cuestiones de oenegés y demás : había que dar estatus fijo a lo que el agua de la corriente ya se había encargado de dar forma paulatinamente. Nuestra  casa, la granja El Color de la Papaya, sería algo restringido: una plataforma solidaria de apoyo al desarrollo de esa comunidad de chavales.


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Así pues.....





Bienvenidos  a La Granja,

 bienvenidos a  la Organización de Caridad El Color de la Papaya. 

 

 

El Color de la Papaya es una Organización de Caridad que se ha formado por mor de las necesidades operativas que ha llegado a  precisar una iniciativa solidaria peculiar, por espontánea y colectiva, que comenzó hace tiempo en torno a una comunidad escuela de chicos, en
donde a través de nuestra inserción en la realidad y de la confianza suscitada por nuestra manera de hacer las cosas, personas y organizaciones se han ido interesando e involucrando, en lo que se ha convertido en un proyecto de desarrollo integral de esa comunidad. Y que ha hecho extensivas , por ahora , sus acciones al apoyo de estudiantes de Secundaria imposibilitados por razones económicas  para seguir sus estudios.
El Color de la Papaya, no se sostiene sobre cuotas de colaboradores, ni lo hará jamás, ni sobre porcentajes de gestión de los fondos que llegan con destino a desarrollar esas iniciativas, ni lo hará jamás.

Ni las personas involucradas, empezando por este servidor, imputan gastos producidos en su accionar personal ni valora económicamente el tiempo dedicado

Nuestra Granja, nuestra casa,  se ha convertido en la plataforma física para el desarrollo de las  iniciativas destinadas a esa comunidad, y en el instrumento necesario para ello en  la medida que,  por importante que sean las aportaciones materiales, hemos puesto el acento siempre en  lo que consideramos, por múltiples razones, el capital fundamental: el factor humano, en el sentido de estimular aquello dar algo de tu tiempo, algo de tu afecto, algo de tu conocimiento a los necesitados, sustrayendo de la relación el interés material que suscita la inmediatez de las donaciones.

En ese sentido, y al estar lejos de la zona turística, los resorts y demás, dicha política, ni dichas acciones ,  podrían implementarse si no existieran las condiciones materiales (alojamiento , etc ) que permitieran la interacción humana entre esas personas y los extranjeros visitantes y colaboradores.

El Color de la Papaya,  como Org de Caridad, se sostiene económicamente de ello : de dar servicio, alojamiento y comida a quien estando interesados en esta realidad , le aporta algo.

Así está reflejado en el Art. 16 de sus estatutos de Constitución en tanto que fuente de financiación de esta Organización de Caridad, y aprobado por los organismos estatales pertinentes como la Dirección General de NGOs Affaires (Ministerio del Interior), el Ministerio de Finanzas y el Atorney Law, y puesto en conocimiento de la GTA. (Turismo) 

Y de ello El Color de la Papaya aporta a la aldea y a sus colaboradores y visitantes el tiempo y el trabajo necesario para su sostenimiento y crecimiento, y desde el punto de vista material  lo que en conciencia estiman conveniente como aportación personal a esa acción, que aún habiéndose convertido en algo colectivo, no nació sino como consecuencia de una forma de vida particular.

Por tanto damos alojamiento y comida a quien estando interesados en esta realidad , desea conocerla y le aporta algo

Desde lo mínimo como es traer batidos multi vitamínicos para alimentar un programa de paliación de la desnutrición crónica supervisado por los médicos cubanos, u otras cosas materiales necesarias, previa consulta con nosotros, hasta dar algo de su tiempo para ellos. Y por tanto nos sostenemos de ello.
Por ello, y en tal sentido, no aceptamos en casa turistas que simplemente precisan de un establecimiento hotelero.

Y precisamente por esa circunstancia, por la peculiaridad del sentido de la estancia de los que pasan por aquí, esas críticas   tan loables en TripAdvisor no responden a los criterios aplicados a los establecimientos hoteleros, sino que son provocadas por otras cosas: las experiencias vividas, que magnifican el lugar que lo hace posible, nuestra casa, El Color de la Papaya.

 Así que no hagáis mucho caso a esas críticas tan extraordinarias pues son palabras salidas del corazón de los amigos y no os  sentiréis decepcionados.

Nuestra casa no puede competir con ningún hotel de calidad, y por tanto no es el primero de ellos como perecería reflejar esos comentarios, entre otras cosas porque dejó de ser un hotel hace un año, para convertirse en una plataforma solidaria, de carácter restringido y exclusivo . Pero sí aporta otras cosas, da otro sentido al viaje del viajero, y ello es lo que reflejan esas críticas tan positivas.

Aquí solo se puede acceder a través de  la  recomendación imprescindible de alguna de las plataformas solidarias, virtuales o reales, que gozan de nuestra confianza (“Gambia a tu Aire”, “En Gambia No Problem”,Yirewa,  Mensajeros X Gambia, Bon Dia Gambia, Pro BCN..), o la de los colaboradores individuales acreditados en el pasado en su relación con nosotros.

Tampoco hemos pedimos jamás,  ni esperamos,  aportaciones económicas, por lo que invitamos a quien quiera hacer un esfuerzo puntual o sostenido en ese sentido, ponerse en contacto con ONGs serias de nuestra confianza, como Mensajeros X Gambia , Bon Dia Gambia, ProBCN , que hacen y mucho por esa comunidad de niños y niñas.

Si algún viajero quiere aportar algo en concreto a esta comunidad/escuela mientras se encuentra en estas tierras, preferimos orientarle hacia lo que él mismo podría comprar, como aceite, judías secas, arroz o alguna oveja o cabra.

Nuestras orientaciones, gestiones  y ayudas en general  al viajero para que a su vez disfrute de sus vacaciones en el aspecto turístico, no contienen interés económico alguno por nuestra parte, sino la voluntad gratuita de echar una mano al visitante.

Dicho ésto , sean bienvenidos en paz.  Si éso es lo que buscan.


Ahmed Acevedo.





 

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