lunes, 18 de enero de 2010

LOS NIÑOS DE KERRGALLO (XXI). AFRICA EN TU MIRADA



En este tiempo en que mi granja se convirtió en parada y fonda para viajeros, el paisaje humano, que como olas que llegan y se van tras empapar la orilla, ha sido rico en matices y en contenidos. Pero una de esas olas que habría de dejar un recuerdo especial en mí fue aquel caballero que llegó acompañado de su esposa e hija, Amparo y Lara. No era un turista, era un viajero, un explorador avezado del alma humana, cuyo interés por viajar le había llevado a docenas de países.

- "Escucha Ahmed, las tórtolas y su gorgogeo: es el sonido de África" .Conocía bien África, y la llevaba en el corazón, a ella y a sus gentes .

- "..y su tierra rojiza, es el color de la papaya, Rafael".

Bastó muy poco para comprender que entre ese poeta que había abandonado su alto cargo en la administración y en la política para volver a su puesto de profesor de Lengua y Literatura en el instituto, y este otro profesor de Filosofía autoexiliado en la sabana, por ahora, había más cosas en común que el apego a la familia.


“Nos hemos quedado sin alternativa”. No era la primera vez que había oído o leído ese epitafio para una izquierda desconcertada ante la capacidad de absorción del sistema y el fracaso de las experiencias supuestamente liberadoras del siglo XX.

Todavía las época de las lluvias no se había retirado. Aquella frase pronunciada por Rafael frente al fuego encendido a pocos metros del porche, y en torno al cual nos aprestábamos a pasar una agradable velada nocturna, pronunciada desde el corazón de una tierra poblada de desheredados,  tenía el tenebroso matiz del capitán de un navío , repleto de almas, que en mitad del océano confiesa el drama a su más próximo,  mientras barre la cubierta con la mirada puesta en los hacinados que poco o nada parecen tener que decir ajenos a la tragedia: “nos hemos quedado sin combustible, el motor no funciona y no sabemos por donde nos sopla el viento, y maldita la gracia si lo supiéramos porque tampoco tenemos velas”

Capitán reconciliado con la idea de que tal vez nunca llegaríamos al puerto con que habíamos soñado en nuestra juventud, que optaba , desde la serenidad , por pasar el mayor tiempo posible entre aquellos pasajeros dolientes, amontonados en los rincones de aquel barco llamado "Humanidad" y ajenos ,en gran parte,  a esa tropa de bien intencionados  llegados desde otros mundos conscientes de su unidad con todos los miserables de la tierra, con el catalejo siempre apuntando hacia aquel quimérico horizonte que nadie había visto de cerca y que prometía un mundo mejor.

Poco intuía yo aquella noche que acabó empapándose de una lluvia fina que nos enviaría a los dormitorios antes de lo previsto,  que el poemario, lleno de imágenes, que estaba a punto de concluir el escritor tenía los visos de un acta notarial, metida en una botella que el Capitán  navegante arrojaría pronto por la borda, para dejar constancia de la denuncia de aquellas miradas africanas, testigo mudo frente a la impotencia de un mundo donde la frontera entre los que seguían yendo a la suya ajenos al drama y los que se habían quedado sin alternativa, parecía más difusa . Imperceptible , en suma.

De alguna manera el Navegante pensaba que su testimonio hecho poema y las instantáneas captadas serían capaces de recordar a muchos, en el futuro, que “ellos” estaban ahí y que nos necesitaban. Al menos nos quedaban sus miradas mudas a las que ponerles palabras.

Mis amigos agnósticos y ateos no estarán muy de acuerdo, pero ese sentimiento tan presente en tantos de aspiración a una justicia universal basada en el repudio de la arrogancia y el egoísmo, empapada de conmiseración por los desheredados, es un sentimiento místico. Y no estarán muy de acuerdo porque al negar la existencia del Absoluto y de la creación como Su Manifestación, no puede entenderse la unidad existente en el Ser, de cuya emanación somos todos y todo lo demás.

Es lo mismo, es lo que es se le mire y se le conozca de frente o de perfil.

Esa aspiración vibrante a la hermandad y a la justicia universal surge de esa impronta indeleble en lo más profundo de nosotros mismos.

“Si la izquierda se ha quedado sin alternativa, mi querido amigo, es porque compartía en el fondo la misma visión materialista del mundo que aquellos que llamamos “el sistema”. Simplemente hay algo dentro de nosotros, a diferencia de ellos, que nos mueve hacia la conmiseración por las víctimas esenciales y las colaterales, pero al cifrar tan solo los objetivos en la tenencia material de lo que en el desahucio les ha tocado en suerte a la mayoría, se acabó lo que se daba cuando las mejoras de las condiciones de vida han dado paso a la búsqueda de la calidad de vida...todo ello centrado en la posesión y el disfrute, primero de lo básico, después de lo demás. Simplemente hemos sido absorbidos, seducidos en el reparto,  por no haber sabido distinguir dónde residían las claves del corazón de la Bestia” .

Fué el "Ché" quien dijera. "me intesa muy poco un sistema político y económico si no es capaz de crear un hombre nuevo"


Resueltos los problemas allá donde estamos, en gran parte ,  quedan los desheredados de la tierra.

África nos mira. África nos interroga como cuando nuestros hijos pequeños se quedan mirándonos incapaces de resolver el problema que plantea  esa cobra negra que de pronto se nos aparece en un rincón de jardín  y se yergue amenazante, y esperan que tú sepas solucionar el problema.

África nos devuelve el desafío porque mientras nosotros vamos haciendo pruebas y nos quedamos sin alternativas tras los fracasos “chez nous”,  el resto de la Humanidad sigue sin encontrar el camino porque la bota es muy pesada para quitársela de encima. Porque al fin y al cabo, esa cobra se ha criado en nuestras entretelas. O nosotros en las de ella.

Habían pasado muchas veladas frente al fuego, desde que aquel hombre y su familia volvieran a La Mancha, tierra de quijotes habría que decir ya que la ocasión la pintaban calva. Y por tanto de místicos.

- Y que tenemos que hacer todos ¿exiliarnos, Ahmed?

- No Rafael, el exilio es un exilio del corazón, es un desapego de los valores básicos que garantizan el funcionamiento del sistema...por éso , porque éso no ha sucedido,  la izquierda se ha quedado sin alternativa, a mi modesto entender.

En aquella ya lejana noche de verano mientras el chisporroteo de los maderos en la hoguera absorbían nuestros pensamientos, yo estaba seguro que sí había alternativa. Y esperanza. Estaba convencido.

El "Ché" lo tenía claro, al menos grosso modo: un hombre nuevo. Habría que saber que era lo que constituía el "hombre viejo" para saber por donde iba el parto.

Aquellas miradas que él había captado y de las cuales yo aún no tenía conocimiento eran una vía directa para re-conocernos a nosotros mismos, pues la clave era entender que ellos son nosotros y que todos, de alguna manera misteriosa , somos Él.

Por eso, la mirada de ellos, es tu mirada y la Suya.


Implicarnos en pequeños o grandes gestos de solidaridad es algo más que un acto de justicia y de amor, es la medicina que necesitan nuestros corazones, el alimento del alma. La esperanza de que sí hay una salida. Una  forma de vida, predicada ya de antiguo y que tan poco caso le hemos hecho.


AFRICA EN TU MIRADA, de Rafael Cabanillas Saldaña, es el libro de un viajero, un navegante por tierra, un escritor solidario, de un capitán que no cuelga las botas de combatiente, que arroja hasta nuestra playa de náufragos un mensaje dentro de una botella.

25 de esos ejemplares que se venderán en esta Granja,  los costea él para que esos 500 euros de su venta sean el sueldo de un mes para Heike y Henry, para el hospitalito de Buniadu. 500€ para que su dispensario no se cierre un mes más, para que esté abierto un mes más y puedan ser atendidas 1200 personas, 1200 desheredados.

Gracias amigo Rafael.

Ahmed





RAE
Autor:
RAFAEL CABANILLAS SALDAÑA
20,00 Euros*

*
El 20% de su coste, se destina a pagar la comida de TODO UN AÑO de 120 niños, en el Hogar Infantil del cantón de Defalé, en TOGO, a través de la O.N.G. SOLMAN.

Después vendrá un pozo, una escuela, un taller de autoempleo y los microcréditos que TÚ quieras concederles.





1 comentario:

Historias de África dijo...

me has puesto la pelos de punta... espero que también tú un día te animes a escribir esa historia tan hermosa que ronda por tu cabeza y tu corazon. david. pd: ya esta en la web de gambia el libro... si quieres q cambie algo dimelo.