viernes, 12 de febrero de 2010

LOS NIÑOS DE KERRGALLO (XXX). Carta abierta a dos amigos

Estimados Jaume y Sebastián.

Una de las cosas que mi experiencia, iniciada en solitario como una simple acción de vecino, me ha enseñado ha sido el valor de la cooperación. Por ello, el hecho de que os pongáis en contacto y podáis establecer una colaboración entre vuestras ONGs, a mí, me alegra en extremo

Perdonar que os hable como yo soy: lo he dejado en algún sitio reflejado. Cuando inicié ese camino, consciente de quien es mi real enemigo (el que susurrando por dentro nos tuerce), rogaba y ruego a Dios, que las acciones que emprendía no llegaran nunca a equivocarme seduciendo mi ego, en dos vertientes, una en creerme bueno (buena persona)  y dos,  en creeme algo.

He visto, entre ONGs que han pasado por aquí demasiada tontería y despiste, cosa que no es vuestro caso, en absoluto sino todo lo contrario.

En mi no existe el más mínimo interés de protagonismo, pues además no sé por cuánto tiempo estaré aquí, luego por tanto mi deseo es consolidar la continuidad, dejando algo construido que sea un paso adelante, enfocando las cosas según modestamente entiendo y fomentando la colaboración, y con ello la suma de fuerzas. Puedo proyectarme en el sentido que tengo un criterio, cada vez más elaborado, de como hacer esas cosas que se llaman acciones de solidaridad, pero eso es una convicción , no un deseo de protagonismo.

Y como otra cosa de la que he sido consciente es que las organizaciones que trabajais desde fuera podéis estar tuertas al no pisar la primera linea, necesitais mucha gente con el valor añadido de quien está en el terreno. Por ello, por tanto, mi voluntad de servir a los demás, y las organizaciones serias, forma parte de la misma historia: ser útil a los demás, en la medida de mis posibilidades.

Esperamos pronto la visita a Heike y Kerrgallo de Conse ( ONG Makamuru x Gambia) y con ello espero que sigamos aumentando la colaboración y la fuerza, ampliando el espectro.

Estoy considerando seriamente, como sabéis, y para ello a alguno de vosotros he requerido ayuda, en formalizar mis acciones bajo el único encuadre legal que permite mayor operatividad y mayor control: una ONG. El Color de la Papaya,  que sirva de puente, entre este mundo y ése, y entre personas y entre organizaciones. Puentes, no fracturas ni simas

Tan solo os animo a profundizar en vuestras acciones de acercamiento

Un abrazo

Gustavo

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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