miércoles, 22 de septiembre de 2010

LOS NIÑOS DE KERRGALLO XCIV. El asno de Luqman

Luqman quiso enseñar a su hijo la vida. Compró un burro y le dijo : “Salgamos al camino y haz lo que yo te diga”.
Cuando fueron a llegar al primer pueblo, Luqman le dijo al muchacho:
-“baja del burro, que yo permaneceré en él. Tu camina a mi lado y averigua después qué dicen los lugareños, una vez hayamos entrado

Una vez dejado atrás la primera aldea, el muchacho dijo a su padre:
“las gentes dicen que eres un padre cruel por llevar a tu hijo a pié mientras tú vas montado”

Prosiguieron camino, y al divisar la siguiente aldea, Luqman paró la montura y se apeó, dejando al muchacho sobre el asno, y empezó a caminar a la par del mismo, recomendando , una vez más a su hijo, que averiguara qué decían los lugareños.
Tras atravesar la aldea, el muchacho dijo a su padre: “las gentes dicen que vaya hijo descortés, que monta el burro mientras su padre se fatiga andando”.

Anduvieron un buen rato más , hasta que delante de ellos apareció de nuevo un grupo de alquerías. Esta vez Luqman, no hizo descender al muchacho y de esta guisa, montados los dos sobre el animal llegaron al villorrio, y tras dar de beber al animal, y el muchacho averiguar lo que decía las gentes, partieron de nuevo .

“Padre, los del pueblo decían que éramos malas personas, inmisericordes, pues ambos dos montábamos al pobre animal, fatigándole en exceso”

Por último divisaron, antes de que cayese el día , un nuevo pueblito, y el padre hizo descender al hijo del burro, y así mismo él, entraron en la villa a pié con el animal cogido del ronzal.

“Qué dicen las gentes hijo?” le preguntó el maestro a su pupilo, tras dejar a sus espaldas el lugar.


“Padre mío y maestro. Las personas decían que éramos idiotas por ir caminando sin montar el burro.”

El asno, el muchacho y Luqman, se perdieron en el horizonte mientras dejaban atrás estas páginas de un cuento, real como la vida misma.




Cuando al profesor le conté lo que entre blancos y negros se decía en la otra parte, las mentiras de juzgado de guardia sobre los niños, sobre él , sobre mí, sobre la escuela, en presencia de uno de los padres , el papá de Fatou Baro, profesor a su vez y vecino de la escuela, y el Imam de la aldea, sentados todos ellos alrededor de un árbol, contemplando los trabajos de la nueva casa dormitorio, y deparando como solo los hombres que tienen todo el tiempo , aunque no tengan relojes, hacen en esta parte del mundo, cuando le conté las infamias repetidas en tabernas y mentideros me contó esta historia que acabo de relatar.

Palabras de un hombre sereno y sabio, pertenecientes a una tradición sabia, que previene al hombre contra lo peor de sí mismo, para que cuando la vida le coloque , como cada día, en situación de juzgar la realidad, use de los elevados instrumentos que Dios le ha dado para ello.

Pero añadió: “De todas formas, las personas ven el mundo según tengan el corazón enfermo o sano”

Y esta sí es la gran verdad, pues no son los ojos los que están ciegos sino los corazones.

Y por ello me voy a tomar la libertad de publicar dos cartas que entre ayer y hoy recibí, y con ello no quiero otra cosa, mal que me pese que los lugareños de la aldea digan misa, que más allá del pesimismo que el cuento desprende respecto a la inexorable corrupción del corazón de las gentes, que la esperanza es grande. Que el espíritu jamás será derrotado y que la luz brilla en muchos corazones que por su limpieza son capaces de reflejar la realidad y por esa razón, iluminarnos a todos.

Son las cartas de dos personas que llegaron hasta mí de manera muy diferente. A una de ellas la conocéis , tanto como yo, por referencias mías: es el hombre desconocido que durante un año fuimos compañeros de tertulia en un foro, racionales los dos en extremo, yo creyente, el agnóstico, con el que compartimos el placer de la conversación inteligente, y que a lo lago de ese camino , sin conocernos los nombres y las caras, llegamos a conocernos bien. Lo suficiente para que ese amigo un día me enviara desde España , los 3000 euros que posibilitarían la escuela que próximamente inauguramos.

La otra carta es la de un joven ingeniero que pasó por aquí, como él dice, aún y habiéndole envenenado su corazón , en la otra parte de este río Gambia, contra mí. Y que tuvo la suficiente misericordia para consigo mismo y su propio corazón, que es lo mismo, de cruzar el río y acercarse, a tanta inmundicia como le habían pintado las gentes.

Espero que a mi amigo Ubi, y que a Iker, no les moleste la libertad que me tomo, pues son dos cartas excelentes por la limpieza que reflejan, y la sabiduría implícita.

La experiencia de Iker:

“Hola Gustavo:


Soy Iker, estuve con María en tu casa una noche la semana pasada. Volví ayer de Gambia.


Sólo quería expresarte lo que María y yo sentimos allí.


María ha crecido en este viaje. Muchísimo, en sólo una semana. Fue a Gambia con deseos de ver, de escuchar. Para quizá, en un futuro, "ayudar".


De una manera muy superficial, como quizá apreciaste. Muy "toubab". O quizá no lo apreciaste, porque no conoces a María como yo.


Fue positivo pasar los dos primeros días con Dawda Jallow, hermano de Abdulai. Vimos muchos lugares diferentes, hicimos el turista. Fue especialmente positivo ir a Tanji.


Todo el mundo debería ir a Tanji.


Uno aprende allí que la imagen de los niños que se proyecta en la tele no es la real, que las fotos de niños pobrecitos, con ojos tristes, melancólicos y suplicantes no es cierta. Uno aprende allí que los niños de esa playa no son niños, son buitres. Buitres que se alimentan de la carroña que el turista blanco deja caer por allí, en forma de caramelo, en forma de pelota, en forma de lo que sea.


Es ASQUEROSO dar la mano a los niños. Los niños prostituyen su cariño. Los niños prostituyen sus abrazos.


Lo peor de todo es esa consciencia tan clara de que no es culpa del niño, sino nuestra, que fomentamos esas actitudes. Las fomentamos con esa sensiblería estúpida y esa necesidad de bálsamo tranquilizador de conciencias. No sé si es arrogancia, altanería, "bondad"...creo sólo es superficialidad. Da ganas de gritar ESTÚPIDO, ESTUPIDO. NO LOS CORROMPAS.


Sin embargo, María y yo no sacamos de esa playa las mismas impresiones. Yo pensaba una cosa, ella otra.


Por eso fue tan positivo ir a Tanji, y después a tu casa.


Esa misma tarde, cuando volvimos de la excursión, te llamé para quedar para el día siguiente. Te dije que quizá pasaríamos la noche en el hotel. Al día siguiente te dije que quizá no. No quiero que pienses que fue porque desconfiaba de ti. Simplemente fue por una razón económica. Al fin y al cabo, María es todavía estudiante (no le gusta que yo le pague las cosas) y ya teníamos el hotel Kairaba pagado.


Desconfiaba de ti, pero eso no hubiera hecho que yo pasara o no la noche en el hotel.


Desconfiaba de ti, ya que se encargaron de envenenar mi corazón en tu contra. Pero también desconfiaba de ti porque tiendo a desconfiar de las ONG. Siempre he tenido una visión muy crítica respecto a estas. Sin embargo, yo en tu casa no encontré una ONG.


Aprecié desde el primer momento que te estabas sintiendo evaluado por mí. De hecho lo hice, y lo siento si te incomodé. Pero fue esa evaluación la que me permitió después tomar mis propias decisiones, no las de otros.


De todo se dice de ti en Senegambia. Quizá también en Kotu, no lo sé. Sabes de sobra quién lo dice, no te voy a descubrir el pastel ahora. Alguno me animó incluso a escribir en Internet en tu contra. Evidentemente no lo haré.


Personalmente me parece correcta tu forma de ganarte la vida. Es evidente que a la granja le beneficia que la gente se interese por la aldea. Pero a la aldea le conviene aún más que la gente vaya a tu casa. Es una especie de relación simbiótica a tres bandas, ya que el propio visitante saca beneficio de ello. Yo lo he hecho. Y María más aún. No sé qué puede haber de malo en todo esto.


Quizá te parezca que me meto en un terreno demasiado personal en este asunto, pero creo que debo decírtelo. Ya que tanta mierda se lee por ahí.


La aldea fue, para mí, una revelación. Y para María lo fue aún más. Esos niños eran diferentes. Eso era otra cosa. Los beneficiados de estar allí éramos nosotros, no ellos. Ellos son la "ONG". Allí no hace falta ayudar a nadie, de alguna manera eres tú el ayudado. No creo que todo el mundo que pase por tu casa obtenga esta percepción. Deberías recomendar a todo el mundo que pase por Tanji primero (a las 17:00), para que vea la diferencia. La pobreza interior de nuestras vidas aquí en Occidente hace que sólo una tarde en la aldea parezca una vida.


Te estaré eternamente agradecido por el desengaño que María sufrió, y la madurez que en una semana ha adquirido. Ha pasado a plantearse muchas cosas que nunca antes había hecho, haciendo su vida mucho más rica interiormente. Hoy la quiero más aún.


Hay gente que te considera poco menos que un héroe. Yo no. No creo que seas el salvador de esos niños. Ni su Mesías, ni nada parecido. Da la impresión de que hay gente que sí lo cree, por lo que leo. Y leerlo me molesta. Quizá sea yo el que nada entiende.


Yo creo que eres sólo un canalizador para otras personas como nosotros, una especie de puente de unión entre una forma de ver la vida y la que llevamos la mayoría de nosotros.
Creo que, de alguna forma, eres un nexo, una puerta abierta a algo que jamás habríamos conocido de no ser por ti. Das envidia sana. Esto es un cumplido, Gustavo.


Conocer a Alfu en la fábrica de Batiks fue maravilloso. Charlé con él durante 10minutos y me acongojó su pureza. Me llegué a cohibir. Al final de la conversación me pidió mi dirección, para seguir en contacto. Mis reservas hicieron que le diera largas. Vi demasiada "amistad" en Senegambia y le rechacé a la primera. Hoy me arrepiento profundamente. Mereció la pena ir hasta Gambia sólo por esos diez minutos.


Guardaré para siempre ese lugar en mi corazón.


Un saludo
Iker A.”


La carta del Donante Desconocido:


“Estimado y muy valorado Amigo.


Me entristece leer tus últimos posts y me dan alegría a la vez. Son evidentes los motivos de ambos efectos.


Las personas son o pueden ser tan miserables, incluso a sabiendas, que ya creen sus propias mentiras. Buen consejo el que te dio el admirable profesor de la Escuela. Tu a lo tuyo, a lo nuestro que como digo yo - siempre dentro de mis dudas pero distinguiendo muy bien el bien del mal y lo justo de lo injusto - la providencia - que no sabría ni como definirla - se encargara en su momento y lugar oportunos de tanto necio.


Por mi parte. Debes saber que nunca he tenido el menor atisbo de duda sobre ti. Confío plenamente en ti. y se que algo inmenso te motiva, te guía, y te seguirá dando fuerza en aquello que sabes y sabrás hacer.


Me alegra como evolucionan las cosas y que personas y ONG concreta/s se afanan porque si, porque saben que hacer y bien.


Yo. Por mi parte. Ya veremos si algún día o algún momento la vida me permite visitaros. De momento es complicado. Si espero cumplir.. Otra promesa. Y es que cuando Hacienda me devuelva el IRPF poder , si no tienes inconveniente, hacer otra transferencia que probablemente será idéntica a la anterior, para esos chavales. A ver si puedo hacerla antes que se cumpla el año de la anterior.


Amigo mío. Aquí me despido que mañana tengo que darme un madrugón.


PD . Mi facebook me lo escacharraron con un mail rarito. Así que ya no lo uso. Visito a diario tu página.


Me ha parecido verte conectado a gmail. No se si habrás podido leer el mail anterior. El importe que espero poder transferir antes de final de año será el mismo un poco mas que el anterior. Espero que con ello se pueda avanzar o finalizar lo prioritario, dormitorios, aseos, no sé. Amigo. Tu que estás allí se que sabrás.
Por cierto. La donación aquella y esta que llegara es solo una herramienta o un medio y me temo que tu otro, y todo ello da lugar a lo que poco a poco va emergiendo, con los chicos también como agentes de ello y el profesor.
La escuela en definitiva si ha sido posible ha sido por lo que cada uno aportó, no solo la donación , es una confluencia compleja de personas y circunstancias enfocadas en un punto. Y el punto ... responde como quizá nadie imaginaba.”


Sin comentarios. Tan solo resaltaré algo de la carta de Iker. Pues no hay nada como las palabras que pronunciamos para que ellas se conviertan en testigos en nuestra contra. Y para que se reflexione sobre la inmesa maldad y estulticia de las personas que han perpetrado y perpetran a diario esta infamia:

"Sabes de sobra quién lo dice, no te voy a descubrir el pastel ahora. Alguno me animó incluso a escribir en Internet en tu contra. Evidentemente no lo haré."

Veamos la película:

Unos infames, que conociéndome o no, pero mintiendo a todas luces, envenean el corazón de un joven viajero .

Cuando se cree que el viajero está ya convencido de una realidad a la que ni siquiera se ha acercado, sino a través de las palabras del conspirador de la mierda, LE INSTA A QUE LAS PUBLIQUE EN INTERNET.

¿Puede haber más maldad en esto? ¿Puede haber mas desprecio por las personas que utilizarlas en una infamia como ciegos enviados al frente, escondiendo la autoría del cobarde? ¿puede haber más desprecio por la dignidad humana que esta manipulación?

Instarle a que publique por internet, con su nombre, unas mentiras sobre unas personas y unas realidades  QUE NO CONOCE, excepto por el veneno del infame ¡¡¡¡

Pues ese es el percal y las redes en las que tanto ignorante ha caído, pero si han caido es porque han querido. Hombres como Iker y mujeres como María, no son muchos. Pero son una esperanza.

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