jueves, 1 de abril de 2010

LOS NIÑOS DE KERRGALLO ( LI). Día a día, mensajeros del desinterés.



                          El Te de El Color de la Papaya



Van pasando los días, las personas y los acontecimientos, y una vez más tan solo podemos sacarlos de la reciente memoria una vez hay un hueco para mirar atrás antes que el discurrir del tiempo nos lleve excesivamente lejos de las vivencias de estos días.

Mensajeras y Mensajeros x Gambia

Inma, Ruth y Famara, mensajeras , y en sus ratos libre trapecistas dos de ellas, llegaron con montones de batidos que serán destinados a resolver las carencias proteínicas de los niños de la Escuela de Kerrgallo  .



Como dice David Urbán, de Mensajeros x Gambia, esos batidos valen su peso en oro.
Gracias David en nombre de tantos niños que se benefician y se beneficiarán de tan eficaz e inteligente acción. Y gracias a ese farmacéutico generoso que los provee sin costes. Gracias a esos mensajeros que con ellos llegan hasta aquí, pasando penalidades de transporte, dejando parte de sus enseres personales fuera de sus maletas, para no pasarse de peso, pasando las incómodas aduanas y acarreándolos bajo el sol inclemente de Gambia, hasta su destino.


Como tantas veces nos han recalcado los médicos cubanos: aparentemente es la malaria quien mata, pero no es así: lo que mata es la malaria que actúa sobre unos pequeños desnutridos, con niveles de hemoglobina que en el primer mundo o en Cuba estarían para transfundir, con anemia, cuerpos vulnerables a cualquier cosa. Si se reforzara esos niveles de proteínas y de defensas , la malaria no sería tan devastadora como es, Y EL ARROZ BLANCO QUE COMEN NO ES SUFICIENTE PARA ELLO.



Los sacos de arroz que repartimos no es suficiente. No es suficiente ¡¡

Magníficas acciones de personas carentes de interés personal en estos asuntos.


Así mismo Juan José y su familia, Isabel, Antía y Bárbara, otros Mensajer@s,  arrastraron hasta esta parte del mundo más batidos y más medicinas y dos balones que entregaron para regocijo de los chavales, en la Escuela de Kerrgallo. Todos ellos y ellas, gente preocupada y sensibilizada, con deseos que su impagable esfuerzo realizado en esta ocasión, pueda tener una continuidad en la ayuda a los más necesitados

Visitaron la escuela, comimos arroz solidario y conectaron muy bien con los niños , el profesor y las señoras.
Y además dejaron en su nombre y en el de muchos amigos una donación en metálico que ha ido a parar a la cuenta general de la escuela .

Isabel, profesora , contempló impresionada la disciplina de unos niños sentados a la sombra de un árbol, recibiendo clases y recitando las cosas que aprenden, y no pudo menos que traer a su memoria  los alumnos a los que ella y nuestros profesores están acostumbrados. “No me extraña que estos niños le roben el corazón a cualquiera” dijo

Fue un placer compartir con todos ellos y ellas esos arroces en ese Restaurante Solidario que se han convertido en una importante vía de autosuficiencia para esa comunidad, antes de que cada uno de esos mensajeros solidarios se volvieran a sus lugares de origen con unas maletas vaciadas de unas  cosas, y unos corazones llenos de otras, sin riesgo de sobrepeso.

Muchas gracias, Inma, Famara, Ruth , Juan José, Isabel, Bárbara y Antía


                                                  El Profesor e Inma


Inma y las trapecistas, nos han dejado este recuerdo de su paso por aquí:

 http://picasaweb.google.com/inma.pasalo2/KERRGALLOGAMBIA?authkey=Gv1sRgCIjO2Y7d9oW7hAE&feat=email#


La Escuela.

Hoy se han comprado y llevado los hierros que formarán la estructura que sostendrá el techo de planchas de aluminio y cinc.



Gibril Sarr, el que fuera soldador en la Granja durante tres años, ahora establecido por su cuenta , será el hombre que hará el trabajo. Él,  proveniente de una familia pobre, también se educó en una de estas escuelas que suplen en tantos sitios la ausencia del Estado. Estoy convencido que de una u otra manera echará una mano solidaria.

Los niños , que ya están hace días  todos en la escuela, se afanan en el trabajo de sustituir los techados de paja de sus chozas,  ya inservibles ni siquiera para parar las corrientes de aire. Algunos adolescentes hacen bloques y ya han levantado hasta la altura de las ventanas los muros del nuevo dispensario para los doctores.
La escuelita que levantaron con cañas hace unos meses, depreciados poco a poco sus endebles materiales, ha acabado por sucumbir. Vuelven las clase a la sombra de un árbol.

 Estado actual de los techos de las cabañas. Quizá un día podamos construirles unos dormitorios...Insha Al-lâh ¡ Esos ladrillos serán utilizados por centenares de niños, generaciones tal vez, de alumnos...Estas cabañas se caen a pedazos. Paja y adobe.

                        Un techo renovado por los chicos


La vida sigue lentamente su curso, con esa cadencia en donde nada parece suficientemente importante como  para correr tras ello .

La mosca blanca sigue su efecto devastador, y las primeras flores de las caléndulas han empezado a brotar.

El Pozo

Ya tenemos, al parecer, el hombre que continuará la excavación hasta 4 metros de agua.

"Creame yo haré los cuatro metros y sin bomba de agua"

"Me parece muy bien, pero ni le creo ni le dejo de creer, si no los hace, no va a cobrar nada, así que piénselo bien antes de empezar."

El Profesor se reía al escuchar la traducción de mis palabras.
Comenzará mañana. Si Dios quiere. Y si se presenta el hombre, claro.

Cuando fui a entrevistarme con el nuevo pocero, el Profesor me presentó con una ilusión que me sorprendió a un nuevo niño, Amadou Sarr, tendrá 8 años,  que su padre había dejado ese mismo día a su cuidado, en aquella escuela. Este hombre, Mr Yuma Njai, ama su trabajo por los chavales. Desea aprender nuevas cosas y nuevas lenguas, para enseñarlas  a los niños . Cada día este ser me sorprende más. Es difícil tras tantos meses de contacto que no haya dado un patinazo, de los que damos todos, que no hay cometido un error, de los que cometemos todos, que no hay mostrado un solo matiz de interés o mezquindad. Y ojo crítico es lo que sobra. Con la carga que lleva encima con tanto niño, aún recibe a los nuevos como quien recibe a un hijo que entra en tu vida. E imagino que ahora lo hace con más alegría aún, sabiendo que su carga no la lleva ya tan solo él, sino que hay un montón de españoles que la comparten. Maravillosa acción.

La cara de ese hombre al presentarme al nuevo alumno, con satisfacción, creo que tenía que ver con ambas cosas: con su pasión por la enseñanza y su satisfacción de sentirse apoyado en sus responsabilidades.


                Bienvenido chaval ¡¡ que tu futuro sea mejor, porque tú seas mejor...








Arroz

Ayer, finalizando el mes, se entregó a Adama Bah, la señora viuda con tanto niño en casa y tanta miseria uno de los sacos que cada mes se le entregarán, de los que dejó para ella Conse de Makamaru.
Así mismo al Profesor se le entregó el tercero de tres mensuales que se le entrega del stock que tienen conmigo, de las donaciones de Nakupenda y Makamaru. Cada vez que se entrega un saco se les recuerda el nombre del donante. Bueno, tal vez, alguna vez se me olvida, supongo.


Lolo, Nacho, David y Ramón 

No se tiene muy a menudo la ocasión de conocer a personas como éstas. Tan limpias, tan jóvenes, tan serias, tan buena gente. Llegaron para conocer la realidad de este país y acercarse a diferentes proyectos solidarios que enriquecieran su información y la reflexión de cómo conducir sus pasos, en ese terreno de la solidaridad, en el futuro. Decididos, sin aspavientos, a hacer algo en PRO de los demás. Desde la prudencia y la modestia profunda y sincera.

La clave del éxito de la misión que completaron en tan solo una semana, fue que en tan pocos días, se tomaron tiempo. Desde la calma, y el corazón abierto fueron capaces de exprimir la realidad como si no pasara nada. Es que se dejaron fluir y fue la realidad la que en vez de rechazarlos , los acogió y los penetró. Por eso se enteraron, por su disposición personal. Al fin y al cabo el corazón es tan solo un espejo: depende de las capas de polvo que suelen depositar los egos, los yos, y los  prejuicios que lo enturbian más o menos,  que podrá cumplir su función o no.

No son los ojos los que están ciegos, sino los corazones.

Emanaban luz, porque eran capaces de reflejarla limpiamente.

Su paso por aquí, como similarmente fue el de Aitor y Quiara, nos han enfrentado a la reflexión, ya bastante masticada,  al respecto del ejercicio de la solidaridad, y el papel que en ella juega eso que en esta historia está emergiendo como una de las claves importantes: el factor humano, el contacto, la interacción...
No es esta breve crónica de lo acontecido estos días, el lugar para reflejar estos asuntos. Ya lo haremos más adelante.

Se tomaron tiempo. Para sentir, ver, analizar, actuar. Actuar, dándose, dando de sí mismos algo: sus personas y su tiempo. Tan sencillo como eso. 

Y tan solo después de que se dieron a sí mismos, a los chicos, entonces les dieron las cosas materiales que traían para ellos: ropa.

Ah¡ amigos y amigas ¡ qué detalle tan sutil, tan decisivo¡ Cuando das algo, desembarcando de un helicóptero o una furgoneta, procediendo a un reparto, la cosa es diferente. El receptor capta la situación de manera diferente, solo está el traspaso de manos de unos objetos necesitados o superfluos, en este caso da lo mismo, pues el efecto producido más allá de lo material es igual de deficiente.
Cuando lo que se da es uno mismo, su tiempo, su afecto, las miradas reposadas en el encuentro de dos seres humanos, la sonrisa, el trabajo y el juego compartido con unos niños, la cosa cambia RADICALMENTE. Lo que a partir de ahí se de, es ya otra cosa, es la prolongación de un vínculo, la consecuencia del afecto. Se concibe como el fruto del amor o de la amistad. Llega al corazón, se interpreta de manera diferente, porque antes se puso el corazón.


Durante un día hicieron un trabajo extraordinario: censaron a todos los niños, los fotografiaron a todos, ordenadamente, sentados en El Color de la Papaya, ayudados por los más mayores que organizaban a los demás.

Recorrieron la aldea entera, casa por casa, acompañados de Modu , el hijo del Alcalo, y realizaron un completísimo censo de la Aldea. Para documentar cualquier proyecto que en el futuro vaya destinado al conjunto de la aldea, como es nuestra intención con el asunto de las abejas y la miel, si logramos tener los contactos.
Después de ello, organizaron juegos y risas, y un partido de fútbol memorable en la explanada. Se metieron al profesor y a los chavales en el corazón, y tan solo después de rondar, hacer y jugar por allá y convivir con la comunidad durante varios días, tan solo después organizaron un reparto de ropa que nos viene de perlas. Se hizo más que bien, se organizó el muchísimo material que acarrearon, por medidas. Ya habían el día anterior fichado a los chicos para el censo, y cada pieza de ropa que se dio a un chaval se hizo rebuscando entre las tallas la más adecuada para él, con el mismo afecto que vestiríamos a uno de nuestros hijos de compras en un almacén.



Yo no creo que ese afecto que un niño siente cuando sus padres en un acto tan sencillo como es ese, busca, escoge y prueba una prenda, por modesta que sea, “mirando por ti”, lo hayan sentido esos chicos y chicas nunca hasta el momento en que esos cuatro hombres entraron en su vida.

La mirada de un niño o una niña que se deja hacer, quietecito, frente a un adulto que lo trata con miramiento, con amor, es la mirada de la entrega, es indescriptible.
Se marcharon hace días y cada vez  que los recuerdo me invade una sensación de haber experimentado  junto a ellos algo excepcional cuya memoria es aún algo vívido, un regalo de sus personas, que han dejado tras de sí un aroma a limpio y el sabor dulce y penetrante del chocolate. Un sorpresa, una esperanza de personas.

Ramón, David, Nacho y Lolo. Hasta siempre mis amigos.








1 comentario:

Historias de África dijo...

gustavo... q gustazo leer el post entero del tirón.. emocionado a medida que iba leyendo línea tras línea... es increible como de la nada, llegamos aquí... q factor humano tan impresionante. Que ganas de ir en mayo!!!! me gusta cuando dices que Dios proveerá... mira si proveyendo...
Y Gustavo, digas lo que digas, gracias a ti, por estar ahí, por ser ese puente tan solido, tan incorruptible, tan humano, tan sincero... si no hay puente no hay nada. un fuerte abrazo. david